La confianza del consumidor en Francia cede otros dos puntos en mayo con respecto al mes anterior, hasta situarse en los 86 puntos, nivel inferior al de la primavera de 2020, tras la irrupción de la COVID. El indicador retrocede por quinto mes consecutivo, acusando la incertidumbre creada por el conflicto entre Rusia y Ucrania, sus derivadas sobre crecimiento (a la baja) e inflación (al alza) y las elecciones presidenciales de finales de abril, en las que finalmente Emmanuel Macron fue reelegido. Además, las medidas llevadas a cabo por el gobierno francés para paliar los efectos de las recientes presiones inflacionistas no parece que hayan tranquilizado a los hogares.