En marzo, la inflación general en la zona euro moderó dos décimas hasta el 2,4% interanual,  más de lo que esperaba el mercado (2,5%). La subyacente se situó en el 2,9%, mejorando también en una décima el 3,0% previsto por el consenso. El componente de bienes disminuye en 5 décimas hasta el 1,1%, por lo que  el aumento en los costes de transporte (derivados del conflicto en el Mar Rojo) no se ha trasladado de momento a los precios. En el lado negativo, la inflación en el sector de servicios sigue estancada en el 4%, un nivel que en el que se mantiene desde principios de 2022. Además, los indicadores adelantados, como las expectativas de precios en el sector, no sugieren una reducción de este componente en el corto plazo, lo que sigue siendo la principal preocupación para el BCE. Es importante destacar que los márgenes empresariales en este sector no han experimentado un crecimiento tan significativo como en la industria, lo que limita la capacidad de absorber los mayores costos laborales.