En febrero, la producción industrial del Reino Unido registró un notable aumento del 1,4% con respecto al año anterior, lo que supone una importante aceleración con respecto al incremento del 0,3% de enero. Esto superó las previsiones del mercado, que habían anticipado sólo un aumento del 0,6%.

La economía británica creció por segundo mes consecutivo en febrero, lo que indica el fin de una breve recesión. El PIB aumentó un 0,3% respecto a enero, cifra revisada al alza desde 0,1%. Los analistas sugieren que esta trayectoria de crecimiento es lo suficientemente suave como para evitar presiones inflacionistas, lo que podría conducir a recortes de tipos por parte del Banco de Inglaterra. El panorama político, con el primer ministro Rishi Sunak retrasando las elecciones debido a la disparidad de los sondeos, se ve influido por los resultados económicos. El sector manufacturero registró un sólido crecimiento del 1,2%, mientras que los servicios se expandieron modestamente y la construcción descendió, en parte debido a las adversas condiciones meteorológicas. Las interrupciones de la cadena de suministro y las repercusiones meteorológicas se señalaron como retos. A pesar de las señales contradictorias a escala mundial, se espera que la tasa de inflación del Reino Unido vuelva al objetivo del Banco de Inglaterra. El mercado inmobiliario y el sector privado muestran signos de mejora, mientras que el déficit comercial sigue reduciéndose.