El crecimiento del 1T24 en EE.UU. sigue mostrando una demanda doméstica sólida y presiones al alza en la inflación subyacente
29/04 07:30   Fuente:AFInet
El avance de la contabilidad nacional del 1T24 en EE.UU. ha arrojado una desaceleración del crecimiento mayor a la anticipada, tanto por el consenso como por las señales de los diferentes trackers de actividad (0,4% trimestral, frente al 0,6-0,8% esperado). A priori puede parecer un dato negativo, aunque la composición de dicho crecimiento apunta a que el dinamismo doméstico en el 1T24 se mantuvo prácticamente intacto.

Excluyendo la contribución negativa del sector exterior (-0,2 pp trimestral, sobre todo por la debilidad de las exportaciones) y de los inventarios (-0,1 pp), los dos componentes más difíciles de recoger en los trackers, la demanda doméstica volvió a crecer a ritmos del 3% interanual. Si bien el consumo continuó normalizándose (especialmente en el segmento de bienes duraderos), la inversión ha tomado el relevo, no sólo en el segmento residencial (como ya señalaban los indicadores de nueva construcción), sino también en el de equipos, que comienza a mostrar signos de mayor dinamismo (buen termómetro de la confianza empresarial en adelante).

Donde más estaba puesto el foco de atención era en el deflactor del consumo subyacente. Su publicación ha permitido constatar que esta referencia para la Fed se habría acelerado hasta el 0,5% mensual en marzo, (siempre y cuando no haya ajustes estacionales significativos en los datos mensuales que conoceremos mañana). Esto se traduce en un 2,9% interanual, similar a los meses previos. Es decir, una tendencia de moderación esquiva del deflactor subyacente del consumo, que dificulta la convergencia hacia el objetivo de la Reserva Federal.

La lectura del mercado, que ha reaccionado a los datos con subidas de tipos de 6/8 pb en todos los tramos de la curva, es consistente con la visión descrita anteriormente: más allá de la sorpresa a la baja en la magnitud del crecimiento, sigue siendo sólido y revelador de que las presiones inflacionistas son crecientes.

La evolución reciente de los datos macroeconómicos nos lleva a revisar las previsiones de inflación al alza, con un crecimiento económico medio anual también algo más elevado del anticipado anteriormente. La Fed, en este contexto, se ve obligada a retrasar aún más el inicio de las bajadas de tipos (ver nota al final del informe).